Ayer no publique post. I dont like mondays, tell me why?
Igual es una buena fórmula. Los lunes, como el del Bar de abajo, publicaré un post diciendo: cerrado por desgaste semanal. Y es que esta vida mundana en la que estamos envueltos, esta vorágine, provoca que el desgaste semanal nos provoque la necesidad de no encender el ordenador al menos por un día.
Hoy comentaba con una amiga (a la que no voy a linkar, ja, ja) que en el Blog no se debe mentir y que se debe demostrar la realidad del blogger por cruda que sea. Así que, para seguir ganando amigos, voy a confesar mis debilidades. Debilidades de las que, por supuesto, me siento orgulloso.
Pues sí, señoras y señores, me gustan los toros y el boxeo. Parece que el legado franquista de nuestra infancia hizo mella en mi cerebro. Y no es que me guste sino que he de confesar que soy adicto a ambas disciplinas.
Disfruto, gozo y siento cosas difícilis de expresar cuando un toro bravo salta a la plaza y el torero vestido de luces lo recibe con el capote. Sí, señoras y señores, soy de esos que tienen el Cossio en la balda del salón de la casa de mis padres y que espera con ansia el comienzo de la temporada.
Y que se puede decir de esa maravilla de ver a dos tíos dándose mamporros sobre la lona: Como mueven esos kilos los pesos pesados con esa cintura y esos cuellos espectaculares.
He de confesar también (joder con el confesionario), que si bien el toreo sólo lo he practicado en su versión salón, el boxeo, si es algo que me ha cautivado durante algunos años más mozos. Por eso mi tabique nasal esta hecho unos zorros y me deja esta personalísima voz de gangoso. Si algún voluntario quiere cruzar unos guantes en un ring que envíe un mensaje al post. Ummmmh en qué quedamos, no se supone que esto no lo debe leer nadie. Ta claro, la carne es débil y eso que solo llevo una semana.
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